"IDENTIDAD POSITIVA QUE TRANSFORMA LA CULTURA DE VIOLENCIA"
En el año 2017, el estudio "La nueva cara de las pandillas callejeras: El fenómeno de las pandillas en El Salvador" desarrollado por el Centro Kimberly Green para América Latina y el Caribe y el Instituto Jack D. Gordon para Políticas Públicas Universidad Internacional de la Florida, presentan un hallazgo de suma importancia para el desarrollo de la prevención de violencia de pandillas en niños, adolescentes y jóvenes: "más del 60% de los niños, adolescentes y jóvenes que entraron a la pandilla, lo hicieron por identificación con los pandilleros"
El estudio fue llevado a cabo con pandilleros y ex pandilleros de todo el país. El cual está basado en una encuesta no-probabilística con 1,196 entrevistados con historia de afiliación a una pandilla y más de 30 entrevistas en profundidad con diversos actores.
En cuanto a las razones principales para unirse a la pandilla todavía giran en torno a la excitación de pertenecer a una pandilla:
Casi el 46% de la población entrevistada dijo que se unieron al grupo porque les gustaba pasar el rato con otros jóvenes y pandilleros, mientras que el 16.7% afirmó que el grupo les proporcionaba amigos cercanos y “hermanos”.
(La nueva cara de las pandillas callejeras, UFI - José Miguel Cruz, 2017)
Transformamos la cultura de violencia, generando identidad positiva
Fundación Redentor hace una nueva apuesta para la transformación de la cultura de violencia en las comunidades, promoviendo la identificación de niños, niñas, adolescentes y jóvenes con grupos, instituciones, personas y actividades positivas, que edifican el proyecto de vida de cada uno con valores de la cultura de paz: a) respeto a la vida y la dignidad de las personas, b) redescubrir la solidaridad, c) resolución de conflictos sin violencia, d) defender la libertad y diversidad cultural, e) conservar el planeta y f) compartir el tiempo y los recursos.
La promoción de la identidad positiva consolida el sentido de pertenencia en cada niño, niña, adolescente y joven, y la reafirmación del "Yo soy parte de algo": soy parte de un grupo positivo, soy parte de actividades positivas que me hacen sentir pleno, soy parte de la construcción de valores en la comunidad, soy una persona de bien. (Maslow, 1954)